La verdad es que los datos son alarmantes. Según la OMS el sobrepeso afecta a más del 20% de los chicos y chicas de entre 3 y 12 años en España, y el 7% padecen obesidad. Las cifras son similares en la mayoría de los países desarrollados. Unas pocas generaciones atrás el problema era el contrario y había un alto porcentaje de desnutrición derivado de la guerra y la posguerra. Actualmente, el exceso de comida y las dietas hipercalóricas son los principales enemigos de un peso saludable.
El sobrepeso en niños y adolescentes deriva en otros problemas de salud, como la hipertensión, los altos niveles de colesterol o la diabetes, además de provocar en los jóvenes que lo padecen un alto grado de inseguridad, falta de amor propio, vergüenza e introversión, que pueden llegar a causar depresión, ansiedad y desórdenes alimentarios.
Otra de las amenazas del sobrepeso a estas edades es el elevado riesgo de convertirse en obesidad en la edad adulta. Para evitar llegar a estos extremos es muy importante prevenir esta patología desde la infancia, gracias a una buena dieta en casa y a la educación en hábitos de vida saludables.
Adiós a la comida basura
En estos tiempos frenéticos en los que muchas veces no tenemos tiempo para cocinar es fácil recurrir a los platos preparados y a la comida rápida. Estos alimentos industriales, como las hamburguesas, las pizzas congeladas, las patatas fritas, las chuches, los refrescos azucarados, las salsas de bote y la bollería envasada son los principales causantes de un peso excesivo. Es importante que los menús diarios sean variados y equilibrados, que contengan muchas frutas y verduras, comer menos fritos y más alimentos a la plancha y al vapor.
Buena alimentación en casa
La obesidad infantil y juvenil se da sobre todo en hogares en los que los padres también tienen sobrepeso a causa de malas costumbres alimenticias. También son numerosos los casos de padres con peso correcto pero que no tienen tiempo para cocinar o simplemente no son conscientes del valor de la dieta en la salud. Por mucho que les digas a tus hijos e hijas que tienen que comer bien, si tú no lo haces lo más probable es que te imiten, porque es lo que ven. No es sencillo, pero hay que intentar organizarse para que la dieta en casa sea variada y sana, con más fibra y proteína y menos grasas y azúcares.
La importancia de hacer ejercicio
Otro de los factores que aumentan el riesgo de obesidad es la falta de ejercicio físico. El sedentarismo es cada vez mayor entre los más jóvenes, por el uso inmoderado de pantallas, móviles y otras actividades con las que se entretienen sin moverse del sofá. Desde que son pequeños es recomendable apuntarles a algún deporte que les interese para despertar en ellos el gusto por cuidarse físicamente y estar en movimiento. Hacer más actividades de exterior en familia o ir en bicicleta en lugar de en coche son rutinas que previenen el sobrepeso al mismo tiempo que generan energía positiva y capacidad de superación.
La autoestima es fundamental
La obesidad es una enfermedad que, como muchas otras relacionadas con la alimentación, nos recuerda la desmesurada importancia que una gran parte de la sociedad le da al físico y a la obsesión con un canon de belleza establecido. Es básico fomentar la autoestima de los niños y niñas desde cortas edades, para que se quieran a sí mismos como son. Lo contrario puede llevar a angustias que se intentan solucionar con comida a falta de mejores herramientas. Esto es un círculo vicioso, porque cuanto más se engorda más frustración se siente y más se intenta calmar con comida. Para prevenirlo, el amor propio es una de las armas más poderosas.